Ruta de 8 Días desde Tánger por Marruecos

El viaje comienza en Tánger, una ciudad cargada de historia y misterio. Donde el Mediterráneo y el Atlántico parecen encontrarse en un abrazo interminable. Al comenzar tu ruta hacia Rabat, podrás observar cómo los paisajes urbanos se transforman en colinas verdes. Aldeas pintorescas y campos agrícolas que se extienden hasta el horizonte, mostrando la riqueza del norte de Marruecos. En Rabat, tendrás la oportunidad de pasear por la Kasbah de los Oudayas. Con sus murallas blancas y azuladas que contrastan con el mar, mientras sientes la brisa del océano y escuchas el murmullo de la medina.

La Torre Hassan, aunque incompleta, se impone como un testimonio de la grandeza arquitectónica del pasado. Mientras que el Mausoleo de Mohammed V invita a contemplar la historia y el respeto por la tradición. La ciudad, tranquila y elegante, ofrece un primer contacto con la cultura marroquí, mientras disfrutas de un paseo por los jardines y calles adoquinadas antes de cenar y alojarte en un riad que refleja la hospitalidad local.

Tras un desayuno relajado, la ruta hacia Marrakech revela la diversidad de Marruecos. Desde llanuras fértiles hasta montañas lejanas y valles profundos, atravesando pueblos donde la vida cotidiana continúa prácticamente igual que hace décadas. Al llegar a Marrakech. Serás recibido por un estallido de colores, olores y sonidos en la plaza Jemaa el-Fna. Donde músicos, cuentacuentos y vendedores crean un espectáculo que cautiva todos los sentidos.

Pasear por la medina es como adentrarse en un laberinto vivo. Con zocos que ofrecen especias, textiles, lámparas y artesanía local. El ritmo vibrante de la ciudad se combina con la majestuosidad de los riads tradicionales, donde patios interiores y fuentes crean un oasis de tranquilidad. La tarde y la noche ofrecen la posibilidad de disfrutar de una cena típica marroquí mientras te sumerges en la atmósfera única de la ciudad roja, sintiendo cómo la historia y la modernidad se mezclan armoniosamente.

Hoy atravesarás las imponentes montañas del Alto Atlas por el paso de Tizi n’Tichka, un trayecto que ofrece panoramas espectaculares: picos cubiertos de nieve según la temporada, valles profundos y aldeas bereberes que parecen suspendidas en el tiempo. Durante el viaje, podrás detenerte en miradores estratégicos para absorber la grandeza del paisaje, respirar el aire fresco de montaña y observar la vida cotidiana de los habitantes de estos lugares remotos. Descenderás hacia las Gargantas del Todra, un desfiladero con paredes que se elevan cientos de metros, creando un paisaje dramático y majestuoso que invita a la contemplación y la fotografía.

El recorrido continúa hacia el Valle del Dades, también conocido como el “Valle de las Mil Kasbahs”, donde antiguas fortalezas de adobe se mezclan con palmerales y oasis, revelando la riqueza histórica y natural de la región. La jornada finaliza con cena y alojamiento en un riad o hotel tradicional en el valle, disfrutando de la tranquilidad del entorno y del silencio interrumpido únicamente por el viento que recorre el valle.

Tras un desayuno temprano, la ruta continúa hacia el desierto de Merzouga. Atravesando un paisaje que cambia constantemente: desde kasbahs ancestrales y palmerales hasta llanuras áridas y dunas doradas que parecen infinitas. En el trayecto, podrás observar aldeas tradicionales. Mercados locales y la vida cotidiana de las comunidades bereberes. Con su forma de vida ligada a la tierra y a la tradición. Al llegar a Merzouga, montarás en camello para recorrer las dunas de Erg Chebbi durante el atardecer.

La luz dorada y cálida del sol se refleja sobre las dunas. Creando un espectáculo visual único que solo el desierto puede ofrecer. Por la noche, cenarás en un campamento bereber, durmiendo bajo un cielo estrellado que parece más cercano que nunca. Mientras escuchas música tradicional y sientes la inmensidad y el silencio absoluto del Sahara. La experiencia de la noche en el desierto despierta todos los sentidos y crea recuerdos imborrables.

Después de un amanecer mágico sobre las dunas y un desayuno en el campamento. Iniciarás el regreso hacia el norte, cruzando paisajes que combinan desierto, montañas y valles fértiles. Durante el trayecto, los contrastes son sorprendentes: palmerales que surgen entre la aridez, aldeas bereberes escondidas y ríos que serpentean entre colinas. Ofreciendo una visión de la vida rural marroquí que se mantiene intacta a través de los siglos. Llegada a Fez por la tarde, una ciudad que parece congelada en el tiempo. Donde los riads tradicionales y las calles empedradas de la medina te transportan a siglos pasados. Cena y alojamiento en un riad dentro de la medina, preparándote para un día completo de exploración histórica y cultural.

Este día está dedicado a descubrir Fez en profundidad, considerada la capital cultural y espiritual de Marruecos. La medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, es un laberinto fascinante lleno de artesanos que trabajan cuero, cerámica, metal y textiles de manera tradicional. Podrás visitar la Universidad de Al Quaraouiyine, la más antigua del mundo en funcionamiento, mezquitas históricas, madrazas y barrios donde los curtidores siguen utilizando métodos centenarios. Cada calle, cada aroma a especias o pan recién horneado, y cada sonido de la medina cuentan historias que se han transmitido de generación en generación, haciendo de Fez un lugar inolvidable. Cena y segunda noche en el riad, disfrutando de la atmósfera única de la ciudad.

Tras el desayuno, partirás hacia Chefchaouen, la ciudad azul enclavada en las montañas del Rif. La ruta ofrece vistas espectaculares de colinas verdes, ríos y aldeas pintorescas, mostrando la diversidad natural y cultural de Marruecos. Al llegar, pasearás por la medina azul y blanca, descubriendo tiendas de artesanía local, talleres de textiles y rincones tranquilos donde la vida parece más pausada. La ciudad, rodeada de montañas, ofrece un ambiente relajante y fotogénico, ideal para capturar la esencia del norte de Marruecos. Cena y alojamiento en un riad con encanto, donde los colores, aromas y sonidos locales crean una experiencia mágica.

En el último día, tras un desayuno relajado, podrás dar un paseo matutino por las calles de Chefchaouen, contemplando los murales, la arquitectura azul y blanca y la tranquilidad de esta ciudad única. Después, partirás hacia Tánger, contemplando nuevamente los paisajes montañosos y aldeas del norte de Marruecos, mientras te despides de este país lleno de contrastes y belleza. Llegada al aeropuerto o puerto de Tánger, poniendo fin a una experiencia inolvidable de 8 días que combina desierto, montañas, historia, cultura y costa