Este recorrido de 8 días por las Ciudades Imperiales de Marruecos te invita a descubrir la esencia del país.
Visita Marrakech, Rabat, Meknes y Fez, junto con Casablanca y la encantadora Essaouira.
Explora medinas animadas, palacios reales y valles fértiles llenos de vida.
Admira las ruinas romanas y siente la serenidad del Atlántico.
Cada ciudad imperial guarda una historia viva en sus calles y en su gente.
Más que una simple ruta turística, es un viaje en el tiempo, lleno de espiritualidad, cultura y emociones.
Desde Marrakech
8:00 AM
Explorar las cuatro Ciudades Imperiales: Marrakech, Rabat, Meknes y Fez
Visitar Casablanca y la majestuosa Mezquita Hassan II
Caminar entre las ruinas romanas de Volubilis
Conocer la costa atlántica y el encanto de Essaouira
Descubrir la cultura, la artesanía y la historia de Marruecos en un solo viaje
Al aterrizar en el aeropuerto de Marrakech-Menara, te recibiremos con una cálida sonrisa y el tradicional saludo marroquí. Durante el traslado al riad u hotel, comenzarás a percibir la energía de una ciudad vibrante, donde cada rincón es una fusión de colores, aromas y sonidos.
La tarde es libre para descansar o comenzar a explorar por tu cuenta la Plaza Jemaa el-Fna, el corazón palpitante de la ciudad. Al caer el sol, el ambiente se transforma en un teatro al aire libre donde músicos, narradores, encantadores de serpientes y vendedores crean una sinfonía de vida. Desde una terraza podrás disfrutar de un té a la menta mientras observas el atardecer sobre los minaretes.
Noche en Marrakech, la ciudad que nunca deja de sorprender.
Después del desayuno, comenzarás un recorrido guiado por los tesoros de Marrakech, una ciudad que ha sido capital de imperios, cruce de caravanas y musa de artistas. Iniciaremos en la Mezquita Koutoubia, cuya torre domina el horizonte con su elegancia andalusí. Luego, el Palacio de la Bahía te abrirá sus puertas para mostrarte patios ornamentados, mosaicos coloridos y salones que hablan de antiguos visires y sultanes.
El recorrido continúa hacia la Medina, un laberinto de callejones donde el tiempo parece detenido. Aquí los artesanos trabajan el cuero, el cobre y la madera con las mismas técnicas que sus antepasados. Entre los zocos perfumados de especias, descubrirás la autenticidad del Marruecos tradicional.
Por la tarde, la serenidad te espera en el Jardín Majorelle, un oasis de paz y color creado por el pintor Jacques Majorelle y más tarde restaurado por Yves Saint Laurent. Pasear entre sus cactus, fuentes y muros azules es un bálsamo para el alma.
Noche libre para disfrutar del ambiente nocturno de Marrakech, con sus cafés y terrazas llenos de vida.
Tras el desayuno, emprenderemos camino hacia la costa atlántica para llegar a Casablanca, el centro económico del país y símbolo de la modernidad marroquí. Allí te espera la imponente Mezquita Hassan II, una obra maestra de la arquitectura islámica contemporánea. Su ubicación, suspendida sobre el mar, y su minarete —el más alto del mundo— crean una imagen inolvidable. El interior, decorado con mármol tallado, cedro y mosaicos zellige, refleja el arte y la devoción marroquí en su máxima expresión.
Luego continuaremos hacia Rabat, la capital política del Reino y una de las ciudades más elegantes. En Rabat visitarás el Palacio Real, residencia oficial del monarca, y la Torre Hassan, un proyecto inacabado del siglo XII que se alza como un símbolo de la historia. Frente a ella se encuentra el Mausoleo de Mohamed V, donde descansan los reyes de Marruecos bajo una cúpula de mármol blanco.
Por la tarde, podrás caminar por la Kasbah de los Oudayas, con sus callejones blancos y azules que miran al océano, un rincón lleno de serenidad y encanto.
Cena y alojamiento en Rabat.
Después del desayuno, dejaremos la costa atrás y viajaremos hacia el corazón histórico del país. Llegaremos a Meknes, la ciudad imperial fundada por el poderoso sultán Moulay Ismail en el siglo XVII. Sus murallas monumentales y sus puertas decoradas con cerámica verde hablan de la grandeza de un imperio.
Pasearás por la Plaza El Hedim, visitarás el monumental Bab Mansour, una de las puertas más bellas de Marruecos, y conocerás los antiguos graneros y establos reales, una obra de ingeniería impresionante.
A pocos kilómetros se encuentran las majestuosas ruinas romanas de Volubilis, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Caminar entre sus mosaicos, columnas y templos es como retroceder al pasado del Imperio Romano en África.
Por la tarde, el viaje continúa hacia Fez, la joya espiritual y cultural de Marruecos. Al llegar, te espera un riad tradicional donde podrás descansar mientras escuchas el eco lejano del llamado a la oración.
Cena y alojamiento en Fez.
Este día está dedicado a descubrir Fez, una ciudad que respira historia en cada rincón. Fundada en el siglo IX, es la capital espiritual del país y un tesoro cultural sin igual. Acompañado por un guía local, te adentrarás en la Medina de Fez el-Bali, un laberinto de más de 9.000 callejones donde la vida cotidiana sigue el ritmo de siglos pasados.
Visitarás la Madrasa Bou Inania, joya de la arquitectura meriní con su decoración en estuco, madera y mármol; la Universidad Al Karaouiyine, considerada la más antigua del mundo; y los Curtidores de Chouara, donde los artesanos tiñen el cuero en fosas multicolores, un espectáculo visual y olfativo único.
El recorrido también incluye el Palacio Real, con sus famosas puertas doradas, el antiguo barrio judío (Mellah), y los miradores panorámicos que ofrecen vistas inolvidables de la ciudad amurallada.
Fez es una experiencia para los sentidos: el sonido del martillo sobre el cobre, el aroma de los taninos, el tacto de las telas y la mirada curiosa de su gente.
Noche en riad u hotel en Fez.
Después del desayuno, saldremos rumbo a Marrakech atravesando paisajes de montaña y pueblos bereberes. Nuestra primera parada será en Ifrane, conocida como “la Suiza marroquí” por sus calles limpias, tejados inclinados y aire fresco. Continuaremos por los bosques de cedros del Medio Atlas, donde habitan los simpáticos monos de Berbería, un emblema de la fauna local.
A mediodía llegaremos a Beni Mellal, una región agrícola rodeada de colinas y olivares. Es el lugar perfecto para hacer una pausa, disfrutar de la cocina local y respirar el aire puro del Atlas. Por la tarde, retomamos la carretera hacia Marrakech, donde la ciudad nos recibe nuevamente con sus colores y su vida vibrante.
Noche libre para pasear o descansar. Alojamiento en riad u hotel.
Hoy pondremos rumbo hacia el océano para visitar la hermosa Essaouira, una ciudad costera que seduce con su ambiente bohemio y su historia marinera. Durante el trayecto, cruzaremos extensos campos de argán, donde a veces se pueden ver cabras subidas a los árboles —una imagen tan curiosa como auténtica.
Essaouira, declarada Patrimonio de la Humanidad, es una mezcla perfecta de calma y cultura. Su medina blanca, sus puertas azules y sus murallas que miran al mar crean un escenario inolvidable. Pasearás por el puerto pesquero, donde las barcas azules regresan con la captura del día, y podrás disfrutar de un delicioso almuerzo de mariscos frescos frente al Atlántico.
La brisa marina, el canto de las gaviotas y la atmósfera relajada hacen de Essaouira un cierre perfecto para este viaje lleno de contrastes.
Por la tarde, regreso a Marrakech. Noche en riad u hotel.
Después del desayuno, tendrás tiempo libre para hacer las últimas compras en los zocos o simplemente disfrutar de un último té a la menta en una terraza con vistas a la ciudad.
A la hora acordada, traslado al aeropuerto para tomar tu vuelo de regreso.
Concluirás así este viaje de 8 días por las Ciudades Imperiales, llevando contigo recuerdos imborrables de un país lleno de historia, belleza y hospitalidad.
Estupenda experiencia, el guía Mustafá muy dedicado y amable. El minibus muy cómodo y el conductor Moha nos dio total confianza en la conducción. Hemos podido disfrutar de los increíbles paisajes de Marruecos.
